sábado, 19 de agosto de 2017
Poesía- DIOS TENGO
El agua del bautizo cobra vida sin remojar estatuas.
Debí extraviarme
pero este es el encuentro que no amputa
ni pretende abolir los estatutos descorchados
de la piedra
y del clavo arenoso de todos los milagros.
Si queréis saberlo, Dios tengo
en mi sangre religiosa que electriza el cambio
de postura
y las anticipaciones soberanas
para la ardiente hora de la visitación.
Unos toman el sol
mientras mi espíritu se orilla a palabras
que alimentaron a tantos;
mientras mi boca burbujea salmos que no se han ido,
reposados como una hazaña esperando a que
despierten
con su tonada antigua.
Pesan en la balanza las dulces *premoniciones
y los días urgidos de mansedumbre.
Y yo no me endomingo porque nazco a cada instante,
convertido
bajo la mirada de Dios, sintiéndome
una porción de aire que no se separa de su aliento.
Impalpable criatura tengo
para guiarme, entre la osamenta de la noche,
hasta el cielorraso de las libélulas.
Dios tengo.
Alfredo Pérez Alencart
Mateo 3;
13-17:
Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán,
para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo
necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le
respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.
Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió
luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de
Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y
hubo una voz de los cielos, que decía: Este
es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
Juan 3;
3-6:
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede
ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?
¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió
Jesús: De cierto, de cierto te digo,
que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de
Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo
que es nacido del Espíritu, espíritu es.
2 Corintios
5; 17-21:
De
modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto
proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el
ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo
reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus
pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así
que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de
nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al
que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos
hechos justicia de Dios en él.
Mateo 5; 17-20: No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he
venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo
que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la
ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera
que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los
hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe,
éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque
os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y
fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Mateo 24;
36-44:
Pero del día y la hora nadie sabe, ni
aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mas como en los días de Noé, así será la
venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo,
casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y
no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo
del Hombre. Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será
dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será
tomada, y la otra será dejada. Velad, pues,
porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero
sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de
venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad
preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
Mateo 25; 1-13: Entonces el reino de los cielos
será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al
esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas
las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo,
cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un
clamor: ¡Aquí
viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas
vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas
dijeron a las prudentes: Dadnos de
vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas
las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a
vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino
el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró
la puerta. Después vinieron también las otras
vírgenes, diciendo: ¡Señor,
señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no
os conozco. Velad, pues,
porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
Juan 6; 57
e 58:
Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el
que me come, él también vivirá por mí. Este es el pan que descendió del
cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de
este pan, vivirá eternamente.
Salmos 126; 1-6: Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, Seremos como los
que sueñan. Entonces nuestra boca se llenará de risa, Y nuestra lengua de alabanza; Entonces dirán entre las
naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos. Grandes cosas ha hecho Jehová con
nosotros; Estaremos alegres. Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová, Como los arroyos del Neguev. Los que sembraron con lágrimas, con
regocijo segarán. Irá
andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con
regocijo, trayendo sus gavillas.
Salmos 25; 5:
Encamíname en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres
el Dios de mi salvación; En ti he esperado todo el día.
Que Deus em Cristo vos Abençoe!
Fraternalmente,
Erica Carla
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